Mujeres extraordinarias, madres reales y empresarias exitosas
Como mujer, líder y madre, he tenido el privilegio de experimentar una de las responsabilidades más profundas y transformadoras de la vida: la maternidad.
03:08 p. m.
Como mujer, líder y madre, he tenido el privilegio de experimentar una de las responsabilidades más profundas y transformadoras de la vida: la maternidad. Esta no ha sido una tarea fácil, pero a través de ella he aprendido lecciones invaluables sobre fortaleza, capacidad de adaptación, resiliencia y esperanza.
Entre los momentos hermosos y los desafíos inesperados, aprendí a abrazar la complejidad de este rol. Entendí que ser madre no significa solo criar y satisfacer las necesidades de los hijos, sino también brindar amor y apoyo incondicional en su desarrollo como personas.
Y es que ser madre es de las responsabilidades más serias que asume una mujer en la vida, y aunque los hijos llegan sin manual de instrucciones, podemos decir que existe un instinto y una conexión inquebrantable que nos lleva a velar siempre por su protección, cuidados y bienestar; pero para poder preservar su vida, es crucial priorizar nuestra propia salud. Por eso, hago un llamado a trabajar juntas para fortalecer el compromiso global de mejorar las condiciones de salud materna a través de la prevención, el a la salud y la protección mediante la vacunación. La mortalidad materna prevenible debe seguir siendo una máxima prioridad en la agenda mundial.
El compromiso con la salud materna no puede ser aislado. Requiere una acción sostenida, uniendo esfuerzos de la sociedad, gobiernos, organizaciones y sector privado para garantizar que todas las mujeres y recién nacidos tengan un comienzo saludable y un futuro esperanzador.
Celebremos, no solo la maternidad, sino también el legado que estamos construyendo para las generaciones venideras. Que nuestro amor y dedicación continúen siendo el reflejo de las mujeres fuertes, valientes y sabias, reconociendo que ser madre no nos exime de convertirnos en excelentes líderes.
Hoy te invito a abrazar cada uno de tus roles con amor y determinación. A entender que como madres somos el comienzo de la vida, la protección, la alegría y la esperanza, y que los límites solo existen en nuestra mente; con amor propio y pasión, podemos ser mujeres extraordinarias y no necesariamente perfectas, madres reales y empresarias exitosas. Y es en esa historia de fortaleza, resiliencia y esperanza donde encuentro la fuerza para seguir luchando por un mundo más justo y equitativo para todas las madres.
Sin duda, puedo decir que ser madre es mi mayor logro, lo que va más allá de cualquier meta profesional o laboral. Aprender a equilibrar y cumplir con todas las facetas que puede tener una mujer es motivo de orgullo y fuente de inspiración.