Harvard impuso queja al gobierno Trump tras la decisión de no aceptar más estudiantes extranjeros
La medida fue tomada después de que el gobierno estadounidense revocara la certificación del programa de estudiantes y visitantes de intercambio.

AFP
Noticias RCN
11:34 a. m.
Después de que se conociera la decisión del gobierno Trump de no permitir la inscripción de más estudiantes extranjeros a la universidad de Harvard, en Cambridge, la dirección de la institución decidió instaurar una queja, en la que explican las razones por las cuales condenan esta decisión de “ilegal e injustificada” y de violar el ejercicio de “la primera enmienda”.
En un comunicado enviado por la universidad, se explica que debido a la negativa de la institución a renunciar a su independencia académica y a aceptar el control gubernamental en las decisiones que conciernen con las metodologías de enseñanza, y selección de estudiantes y docentes, la decisión tomada por el gobierno estadounidense hace parte de una “una serie de acciones gubernamentales en represalia contra Harvard”, dijo el presidente de la universidad, Alan Garber.
Sin embargo, la universidad solicitará una orden de restricción temporal mientras logran obtener una respuesta del gobierno y se gestiona la búsqueda de recursos legales que permitan apoyar a los estudiantes y docentes extranjeros.
¿Qué contiene el documento que presentó el presidente de Harvard?
El documento de más de 70 páginas, dirigido a la secretaria del Departamento de seguridad nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, al director del servicio de inmigración y control de aduanas, al subdirector del programa de estudiantes y visitantes de intercambio, a Pamela Bondi, fiscal general y a Marco Rubio, secretario del estado de Estados Unidos se expone que la universidad lleva más de 70 años recibiendo estudiantes extranjeros con esta certificación, haber creado programas adaptados a sus preferencias y necesidades y haber hecho esfuerzos para garantizar que la universidad esté abierta al mundo.
Por otra parte, también se menciona que en los últimos meses han recibido comunicaciones por parte del gobierno, con varias exigencias sobre los procesos de los extranjeros que estudian en la institución. En una carta enviada el pasado 11 de abril al presidente de Harvard, Alan Garber, se comunicaba que la universidad debía contratar a “terceros” para auditar los puntos de vista de la comunidad educativa (docentes, estudiantes y personal) y solo itir a las personas que estuvieran alineadas con los objetivos del gobierno actual.
Sin embargo, horas después de que Harvard enviara su respuesta, el gobierno “congeló 2.200 millones de dólares” que apoyaban programas de innovación tecnológica, inteligencia artificial, investigación, proyectos de mejora en temas de salud, tratamientos, gestión de la propagación de enfermedades, entre otros proyectos.
Por su parte, este jueves en horas de la tarde, la secretaria de seguridad nacional publicó en su cuenta de X que la istración del gobierno Trump “responsabiliza a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus” y que espera que la decisión sirva de “advertencia” para las demás universidades e instituciones académicas de Estados Unidos.
El 27,2% de los estudiantes de Harvard son extranjeros
Con la decisión del gobierno Trump, según la queja presentada por Alan Garber, se revocaría el derecho de 7.000 titulares de visas y generaría un impacto “inmediato y devastador” en la comunidad educativa, por lo que los más preocupados por esta decisión pueden ser los estudiantes procedentes de China, que representan más de una quinta parte de las matrículas extranjeras de la universidad de Harvard.
Por su parte, Mao Ning, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, declaró que “la parte china se ha opuesto sistemáticamente a la politización de la cooperación educativa" y concluyó diciendo que esta medida restrictiva "perjudicará la imagen y la reputación internacional de Estados Unidos".
También los líderes asociación de profesores universitarios de Harvard definieron esta decisión como "la última de una serie de medidas abiertamente autoritarias y de represalias contra la institución de educación superior más antigua de Estados Unidos".
Esta medida hace parte de la amplia carta de decisiones de la istración de Donald Trump por imponer su ideología de gobierno e institucionalizarla en las diferentes entidades e instituciones del país, acusando a las mismas de haber permitido el antisemitismo a raíz de las manifestaciones propalestinas del año pasado como uno de sus mayores argumentos.