En la tercera fumata llegó el gran anuncio: tenemos al sucesor de Francisco
Tras 24 horas de cónclave, los 133 cardenales en la Capilla Sixtina escogieron al nuevo representante de la iglesia.

Noticias RCN
11:21 a. m.
El humo blanco salió del techo de la Capilla Sixtina y el mundo entendió el mensaje: hay nuevo Papa. Luego de 3 fumatas y 4 rondas de votación, los 133 cardenales reunidos en cónclave tomaron la decisión más esperada por millones de católicos: elegir al sucesor de Francisco.
Aunque el nombre del nuevo Pontífice aún no se hace público, el rito ya ha cumplido su parte. ¿Por qué el humo sigue siendo el símbolo más poderoso del cónclave? ¿Qué historias guarda esta tradición?
El ritual del humo: negra si no hay Papa, blanca si ya hay
La elección papal tiene un lenguaje propio: humo blanco para el consenso, humo negro para la espera. Desde el siglo XV, el Vaticano utiliza este código visual desde la chimenea de la Capilla Sixtina, lugar donde se celebran las votaciones secretas del cónclave.
Cada vez que se realiza una votación (hasta cuatro por día), se queman las papeletas junto con productos que producen el color del humo. Así, los fieles que esperan en la Plaza de San Pedro —y millones conectados desde sus pantallas— reciben una señal clara: sí o no hay Papa.
La Sixtina no es un lugar elegido al azar. Allí están algunos de los frescos más imponentes de Miguel Ángel, y también se respira un aire de solemnidad que da forma al aislamiento total en el que deben vivir los cardenales durante todo el proceso.
Fumatas famosas y votaciones maratónicas
La historia de las fumatas tiene episodios tan solemnes como anecdóticos. En el cónclave que eligió a Benedicto XVI, la fumata blanca fue tan ambigua que muchos pensaron que era gris. En 1958, el humo salió blanco por error y hasta sonaron las campanas, sin que se hubiera elegido un Papa.
No hay un tiempo definido para que surja el humo blanco. El récord de duración lo tiene el cónclave de 1831, con 83 votaciones. En el caso de Juan Pablo II, solo bastaron ocho rondas.
Ahora, con 4 votaciones y 3 fumatas, el Vaticano ha escrito una nueva página en la historia de la Iglesia. Solo falta que aparezca el cardenal protodiácono en el balcón para anunciar las palabras que el mundo entero espera: "Habemus Papam".