Familiar de Lyan Hortúa confirmó que pagaron la extorsión por su liberación
El tío del niño secuestrado en Jamundí habló en exclusiva en La FM de RCN Radio donde reveló que se tuvo que pagar lo exigido por los criminales.
Noticias RCN
07:07 a. m.
Este 21 de mayo, finalmente fue liberado el pequeño Lyan Hortúa, quien había sido secuestrado por integrantes de grupos armados el pasado 3 de mayo en su casa ubicada en Jamundí, Valle del Cauca. El menor ya se encontró con su familia.
Sin embargo, Sebastián Bonilla, tío de Lyan, afirmó en diálogo con La FM de RCN Radio que para que se concretara su liberación, se tuvo que pagar la cifra que exigían las disidencias de las Farc. Además, exigió que su familia no sea vinculada con actividades ilícitas ante los rumores malintencionados en redes sociales.
La entrega de Lyan Hortúa tuvo un precio
"Nosotros al ver la poca eficiencia de la autoridad y con toda la zozobra de que le pudiera pasar algo pagamos el rescate. El valor me lo reservo por seguridad del niño y de nosotros, pero nos vimos en la obligación de pagar un rescate (...) En este momento nos dejaron endeudados", comentó el familiar de Lyan en La FM.
Además, señaló que funcionarios del Estado le sugirieron que pagara esta cifra extorsiva. "Muchas personas del Estado nos decían que había que negociar con ellos y eso fue lo que hicimos porque no nos ofrecieron más soluciones que esa. Sentimos un total abandono del gobierno de Gustavo Petro".
Sebastián aseguró que desde las entidades le manifestaban que este proceso se podría demorar varios meses, pues era difícil adelantar un rescate debido a lo conflictivo de la zona donde estaba secuestrado Lyan, por lo que no vieron otra alternativa diferente a tener que pagar.
¿Qué le dijo Lyan a su tío sobre el secuestro?
Además de confirmar que se pagó lo exigido, Bonilla dio detalles sobre lo que pudo conversar con su sobrino sobre estos 18 días que pasó privado de la libertad, señalando que durante varios días sus captores lo tuvieron esposado.
Ellos los primeros tres días me tuvieron esposado, me amenazaron con un taser, de esas armas eléctricas, pidiendo información sobre la familia.
Esas fueron las palabras que Lyan le dijo a su tío sobre los días en los que estuvo secuestrado. Además, señaló que le pidió perdón al niño, pues cuando se presentó el día del secuestro, él estaba en la casa, pero se escondió en un baño, pero no escuchó las amenazas y tampoco supo que el menor estaba en casa.