Defensora del Pueblo reveló cómo fue el angustioso proceso para lograr la liberación de Lyan
Las gestiones, los llamados de la sociedad y la presión institucional fueron clave tras 18 días de angustia.
Noticias RCN
09:00 p. m.
La noticia de la liberación de Lyan, el menor que había sido secuestrado el pasado 3 de mayo, conmovió al país entero y la Defensoría del Pueblo, encabezada por Iris Marín, tuvo un rol decisivo en las labores de mediación que permitieron su regreso.
Desde el momento en que se conoció el secuestro, se activaron distintas rutas institucionales, humanitarias y sociales que convergieron para exigir y facilitar su liberación.
A pesar del hermetismo del proceso, la defensora reveló detalles sobre lo que ocurrió durante los dieciocho días que mantuvieron al niño en cautiverio.
Revelan cómo fue el angustioso proceso para lograr la liberación de Lyan
En Noticias RCN la defensora del Pueblo, Iris Marín, no ocultó su emoción al hablar de la liberación de Lyan:
“Felices, conmovidos de esta noticia… para todo el país, especialmente para Lyan y para su familia”, expresó al recordar el momento en que las autoridades recibieron al niño.
Dijo que, desde el primer día, la Defensoría estuvo dispuesta a colaborar, dentro de los márgenes que permitieran tanto los familiares como las autoridades.
Desde el 3 de mayo él fue secuestrado, como se sabe, y desde el principio estuvimos disponibles.
Marín explicó que el acompañamiento no fue aislado. Estuvieron en permanente coordinación con otras instituciones, entre ellas la Iglesia y las Naciones Unidas, que ayudaron a promover gestiones humanitarias.
"Fueron intermitentes: a veces buenas noticias, a veces más distancia", dijo, refiriéndose a los momentos de esperanza y de frustración que se vivieron durante la espera.
¿Cómo anunciaron la liberación de Lyan Hortúa?
En este día de la liberación, la llamada llegó desde Cali. “Nos pidieron que acompañáramos la liberación”, contó.
El defensor regional Gerson Vergara la ó directamente, y ella no dudó: “Le dije, pues, vaya, claro, por supuesto, para eso estamos”. Fue entonces cuando, tras dieciocho días de incertidumbre, se logró el objetivo: Lyan fue entregado con vida.
Más allá de lo institucional, Marín compartió lo que vivió en lo personal.
"Enamorada de la Defensoría del Pueblo”, dijo, intentando describir la mezcla de sensaciones que le dejó la jornada.
Habló de su compromiso con la libertad, especialmente de niños y niñas, y del valor de haber aportado, desde su lugar, algo de alivio en medio de tanto dolor.
La defensora resaltó que lo ocurrido fue también resultado de una movilización social sin precedentes:
Hubo un llamado unánime de toda la sociedad. Marchas, manifestaciones, velatones en Jamundí, en Cali. El llamado de todas las autoridades. Esto nos muestra que podemos estar unidos por la vida, la libertad y los derechos humanos.
Ella insistió en que este caso debe dejar una lección clara:
Cuando nos unimos, podemos mandar un mensaje potente que llega incluso a quienes parecen muy indolentes.
¿Qué mensaje deja el rescate de Lyan Hortúa para la sociedad?
Consultada sobre el mensaje que deja esta situación a los grupos armados, fue enfática:
La paz no es solo el proceso de conversaciones que pueda llevar un gobierno… La paz la construimos entre todos, desde la sociedad y las instituciones, cuando rechazamos estos hechos de extrema violencia.
Recalcó que no hay justificación posible para que un niño sea víctima de un conflicto armado. “Un límite muy claro en la guerra son los derechos de los niños y las niñas”, dijo con firmeza, dejando claro que en Colombia no se puede permitir que la niñez siga pagando el precio de los grupos violentos.