Defensoría no intervino en el pago de la extorsión para la liberación de Lyan Hortúa
Iris Marín, defensora del Pueblo, aclaró este asunto en A lo que vinimos.
El pequeño Lyan Hortúa, de 11 años, finalmente fue liberado. Tras 18 días en poder de las disidencias de las Farc en Jamundí; el joven se reencontró con su familia y, especialmente, con su madre.
Los ojos del país se centraron en este secuestro, el cual se dio en la casa del menor. Las cámaras grabaron a sujetos armados que se lo llevaron a la fuerza, tanto a él como a la empleada.
Si bien ella fue liberada al poco tiempo, el país se agrupó y exigió la liberación. Por medio de velatones, miles de personas alzaron su voz y pidieron el regreso de Lyan, quien en pocos días cumplirá años.
La liberación finalmente se dio en la tarde del miércoles 21 de mayo. Horas después, el niño llegó a la Fundación Valle del Lili en Cali y se abrazó con su familia.
Sebastián Bonilla, tío del menor, reveló en diálogo con La FM que se pagó la extorsión exigida por las disidencias: “El valor me lo reservo por seguridad del niño y de nosotros, pero nos vimos en la obligación de pagar un rescate”.
La defensora del Pueblo, Iris Marín, estuvo en A lo que vinimos hablando sobre lo que hubo detrás de esta liberación.
¿La Defensoría del Pueblo conoció que se pagó por la liberación?
“Quiero aclarar que, si bien la Defensoría del Pueblo, por las reuniones interinstitucionales en las que se estuvo, tuvo conocimiento de que se trataba de un secuestro extorsivo que envuelve enormes complejidades, nunca participamos en la mediación de pagos y tampoco se hizo ningún pago en el momento de la liberación”.
“Nosotros supimos por las reuniones interinstitucionales que se trataba de un secuestro extorsivo, pero en ningún momento la familia nos informó directamente de esa situación”.
¿Cómo está el pequeño Lyan?
“El niño está bien, dentro de lo que cabe. Es difícil decir que un menor está bien después de haber estado sometido a dos semanas de privación de la libertad, donde estuvo además amarrado tres o cuatro días, esposado, con perros y comiéndose las uñas. Él está bajo de peso, pero tiene buen semblante. Ahora empieza la parte más dura, la recuperación, sobre todo la emocional”.
¿Qué información tiene sobre el reclutamiento de menores en Jamundí por parte de las disidencias?
“La mayor cantidad de casos que recibimos es justamente por disidencias de ‘Iván Mordisco’. El reclutamiento es muy alto y el uso de niños se ha normalizado. Esto no debería ocurrir”.