Los secretos mejor guardados del cónclave: así eligen al nuevo papa tras puertas cerradas
El canonista Hernán Olano reveló en A lo que Vinimos, los detalles ocultos detrás de uno de los rituales más misteriosos del Vaticano.
Cada vez que se convoca un cónclave en el Vaticano, los ojos del mundo se posan sobre la Capilla Sixtina. Pero más allá de la famosa “fumata blanca” que anuncia al nuevo líder de la Iglesia Católica, existe un entramado de rituales, reglas y símbolos que la mayoría desconoce.
Para entender ese complejo universo, Noticias RCN habló en A lo que Vinimos con Hernán Olano, doctor en derecho canónico y una de las voces más autorizadas en Colombia sobre el proceso de elección papal.
Los secretos mejor guardados del cónclave: así eligen al nuevo papa
La elección del Papa comienza con una jornada clave: la apertura del cónclave. Aunque ese primer día no suele ser decisivo en cuanto a la votación, tiene un profundo valor litúrgico y simbólico.
Según explicó Hernán Olano, los cardenales salen desde la Casa Santa Marta rumbo a la Basílica de San Pedro. Lo hacen acompañados de cánticos religiosos, las jaculatorias de distintos santos, que marcan el tono solemne del momento.
Este desplazamiento no es un simple protocolo, sino parte de un recorrido espiritual.
Una vez en la Basílica, el decano del Colegio Cardenalicio preside una misa solemne. De ahí, los cardenales pasan por la capilla Paulina y luego ascienden a la emblemática Capilla Sixtina.
Allí entonan dos himnos que marcan el inicio oficial del cónclave: el Te Deum, un canto de acción de gracias, y el Veni Creator Spiritus, una invocación al Espíritu Santo que puede ser rezada o cantada. Estos cantos son un llamado explícito a la inspiración divina.
"Extra Omnes" la frase que da inicio al verdadero cónclave
Cuando culmina esta parte litúrgica, el maestro de celebraciones litúrgicas pronuncia la frase “extra omnes” que significa “todos fuera”.
Con esa orden, se exige la salida inmediata de todas las personas que no forman parte del cónclave. En ese instante, se cierran las puertas de la Capilla Sixtina. Desde ese momento, ningún laico, periodista ni observador puede tener a lo que ocurra dentro. Comienza así un aislamiento total.
“Los cardenales están completamente incomunicados”, explica Olano. Pero no están completamente solos.
Hay personas que los asisten: personal de limpieza, encargados de alimentación, meseros que les sirven café, confesores en ocho idiomas para quienes necesiten confesarse, y conductores de los buses que transportan a los purpurados desde Santa Marta.
Todos ellos, sin excepción, están obligados a guardar el más absoluto sigilo.
Pueden ir al baño, entrar y salir en algunos momentos, pero se procura que eso ocurra en espacios donde ya se haya realizado la votación.
Las mesas en donde es elegido por votación el nuevo papa
Uno de los elementos más curiosos del proceso es el detalle de las mesas donde los cardenales emiten su voto. Según cuenta Hernán, tienen pequeños corchos en las patas.
El objetivo, aunque simbólico, es significativo: permitir que “el Espíritu Santo pueda pasar por todas partes”, sin obstáculos.
¿Qué probabilidad hay de que un italiano se convierta en el nuevo papa?
En cuanto a las probabilidades de que un italiano vuelva a ocupar el trono de San Pedro, Hernán Olano fue claro: “Desde Juan Pablo I no se elige a un Papa italiano”.
Aunque en esta ocasión hay tres nombres de esa nacionalidad que suenan con fuerza, eso podría dividir el voto. Según Olano, “estarían prácticamente en seis votos cada uno”, lo que abre la puerta a alternativas de otras regiones.
Entre ellas, resalta la figura del cardenal Prevost:
Es norteamericano, pero también tiene pasaporte peruano porque fue misionero en Perú, y es hijo de ecuatoriana.
Aunque la decisión final aún está por tomarse, todo está dispuesto para que desde mañana el mundo vuelva a mirar al Vaticano, esperando que del techo de la Capilla Sixtina se eleve una señal clara: la fumata blanca.