La propuesta que desde Hollywood le hacen a Trump para la industria del cine
A través de una carta, los estudios y sindicatos solicitaron incentivos fiscales.

AFP
08:27 p. m.
Estudios y sindicatos de Hollywood le enviaron una carta al presidente Donald Trump, días después que se anunciaran aranceles para las películas producidas afuera.
A inicios de mayo, el mandatario informó que las películas producidas por fuera del país y que sean expuestas en Estados Unidos iban a tener un arancel del 100%.
Aranceles a películas producidas en el extranjero
Para el presidente norteamericano, Hollywood está “devastado” por la ola de cineastas y estudios que han preferido migrar hacia el extranjero para producir las cintas.
Estoy autorizando al Departamento de Comercio y al Representante de Comercio de Estados Unidos a comenzar de inmediato el proceso de instituir un arancel del 100% a cualquier película que llegue a nuestro país y que sea producida en el extranjero.
Trump enfatizó que el cine extranjero estaba siendo una “amenaza para la seguridad nacional”.
La carta de los sindicatos
El anuncio hizo eco y hace pocas horas, los estudios y sindicatos le enviaron una misiva. Si bien no pide que se acaban los aranceles, sí propone una serie de posibilidades para que la industria crezca. La carta está firmada por Motion Picture Association.
Esta asociación cobija a los cinco mayores estudios de Hollywood, así como los principales sindicatos de la industria. Lo llamativo es que también hacen parte los actores Jon Voight y Sylvester Stallone, quienes han sido considerados como aliados al mandatario.
La misiva propone que el Congreso trabaje en un paquete de beneficios con los que se reduzcan los costos al momento de rodar, lo cual haría que la producción sea sostenible a largo plazo.
“Actualmente, más de 80 países ofrecen incentivos fiscales para la producción, y en consecuencia, varias producciones que podrían filmarse en Estados Unidos se han localizado en otros lugares”, expone la carta.
Los estudios consideran que un incentivo para la producción doméstica haría que el mercado de Estados Unidos sea más competitivo y así se podrían mantener los empleos bien remunerados.