¿Qué está buscando el Gobierno Nacional con la propuesta de la nueva consulta popular?
De acuerdo a los analistas de la Mesa Ancha el gobierno nacional está más interesado en impulsar la consulta popular, y no la reforma laboral, como un método de campaña electoral de 2026.
La reforma laboral en Colombia vuelve a estar en el centro del debate político y social, con el gobierno impulsando una nueva propuesta alternativa en medio de llamados a un paro nacional.
¿Qué podría buscar el gobierno con la presentación de la consulta popular?
El Gobierno Nacional ha revivido la ponencia alternativa de la senadora Aida Avella en la Comisión Cuarta del Senado, en lo que algunos analistas consideran una jugada política y no un esfuerzo genuino por mejorar las condiciones laborales.
Mientras tanto, el gobierno insiste en impulsar una consulta popular sobre la reforma, lo que algunos ven como una estrategia de precampaña electoral para 2026 utilizando recursos públicos.
"Al Gobierno Nacional ya no le interesa sacar adelante la reforma laboral. Ese cuento de los trabajadores es falso. Hoy el gobierno nacional está en precampaña electoral de 2026", afirma el politólogo Felipe Jimeno.
De acuerdo a Jimeno, la estrategia del Gobierno será entorpecer todo lo que salga del Congreso para seguir empujando la consulta popular.
El debate ocurre en un contexto donde el 56% de la población trabaja en la informalidad, cifra que llega al 80% en algunas regiones. Críticos argumentan que la reforma no aborda este problema fundamental ni incentiva la formalización laboral.
Las inquietudes que generan algunos puntos de la reforma laboral
La reforma propone aumentar los recargos nocturnos y dominicales, pero algunos expertos señalan que esto no resuelve los problemas de la mayoría de trabajadores informales que no gozan de estos beneficios. Según el Banco de la República, la reforma podría llevar a que medio millón de personas pasen de la formalidad a la informalidad laboral.
Un punto controvertido es si los nuevos recargos deben aplicar también a pequeñas empresas. "Ambas soluciones son malas", advierte un analista, ya que castigaría el crecimiento de las microempresas al imponerles mayores costos laborales si crecen.
La propuesta de trabajar cuatro días a la semana también genera escepticismo. "Es ilógico impulsar esta medida porque esto ni siquiera tiene que ser dentro de una reforma. Usted lo puede hacer directamente con su jefe en un consenso sencillo", comenta Jimeno.
Analistas como Julio Sánchez Cristo advierten que el gobierno "ha logrado que incluso la oposición se subiera al barco de sus ideas", silenciando voces críticas por temor a ser tildados de "esclavistas" o "explotadores".