Quedó en libertad el expolicía que disparó contra dos ladrones en restaurante al sur de Bogotá
El hecho fue considerado por los fiscales después de un largo análisis como una legítima defensa.
Noticias RCN
07:33 p. m.
Un hecho de inseguridad en Bogotá desató el debate sobre la legítima defensa de los ciudadanos, esta vez el episodio sucedió en el barrio Santander de la localidad Antonio Nariño.
En horas de la tarde del 20 de febrero, un policía retirado de funciones disparó y mató a dos ladrones que habían entrado a atracar a los comensales de un restaurante en el que se encontraba el exuniformado.
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El policía, que se retiró del servicio por voluntad propia hace tres meses, había sido entregado a las autoridades, sin embargo, fue dejado en libertad después de que los fiscales consideraran que el hecho está clasificado como legítima defensa. Seguirá vinculado a la investigación.
¿Qué sucedió?
Un hombre con tapabocas entra al restaurante y amenaza con un arma al expolicía que se encontraba comiendo en el local.
El ex miembro de la fuerza pública reacciona y ocurre un intercambio de disparos al interior del recinto, el ladrón sale corriendo del lugar e intenta llegar a un hombre que al parecer le esperaba en una moto pero cae a unos metros de la entrada del restaurante después de que el exuniformado le volviera a disparar. El hombre de la moto también intenta huir pero es abatido por el policía.
Según información de las autoridades este segundo sujeto tenía antecedentes por porte ilegal de armas, hurto y amenazas.
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“La proporcionalidad en el ámbito de la legítima defensa demarca un límite dentro del cual la reacción frente a la agresión se justifica, la proporcionalidad significa comparar fuerzas, es decir se debe evaluar la intensidad de la agresión versus la intensidad de la defensa”, asegura la penalista Ayala.
“La defensa tendría que demostrar en la investigación que, de no haber hecho esa situación, la otra persona también estaría en la posibilidad en este caso de matar a quien se defendió; si eso no es proporcional y la otra persona no tuviese el mismo tipo de arma, la misma intención, fuerza o posibilidad de agredir en la misma forma que el otro se defendió, vamos a tener un problema de legítima defensa que no va a poder configurarse en una defensa jurídica” asegura el exsubsecretario