Benedetti vuelve al centro del poder: se rebarajan las fuerzas del Congreso por la consulta popular
Las cuentas cambian voto a voto, mientras partidos como el MIRA permanecen en silencio.
Noticias RCN
09:59 a. m.
La posible convocatoria a una consulta popular para insistir en las reformas que el Congreso ha rechazado, especialmente la laboral, ha generado un remezón político en las últimas horas.
Los votos están tan ajustados que la ausencia de un congresista podría inclinar la balanza. La figura de Armando Benedetti reaparece como actor decisivo, operando tras bambalinas y, según analistas, reconfigurando los respaldos legislativos con un estilo ya conocido.
¿Cómo avanza la consulta popular?
En medio de una agitada jornada política, el país observa con atención cómo el Congreso entra en una fase de recomposición interna ante el posible llamado a una consulta popular impulsada por el Gobierno Nacional.
La iniciativa, que nace tras el hundimiento de la reforma laboral en dos comisiones legislativas, ha reavivado un debate de fondo sobre la legitimidad del poder legislativo, el uso de mecanismos de participación directa y las verdaderas intenciones detrás de esta estrategia política.
“Si cada vez que al Gobierno no le gusta una decisión del Congreso acude a la ciudadanía, ¿entonces para qué sirven las comisiones?”, cuestionó Cristian Jara, analista político invitado a La Mesa Ancha.
El experto puso sobre la mesa la paradoja de un Ejecutivo que ignora a los legisladores cuando le resultan incómodos, pero luego los necesita para validar su agenda, incluso a través de un proceso que, según él, podría terminar siendo una simple puesta en escena electoral.
¿Cuál es el papel de Armando Benedetti?
Una de las piezas más mencionadas en este ajedrez es el exembajador y exsenador Armando Benedetti, quien vuelve a figurar como operador político clave.
Estamos viendo una nueva ronda de cuentas al estilo Benedetti. Está volteando votos en silencio, ajustando cálculos, y eso ha obligado a todos los partidos a reconfigurar sus posiciones.
Desde Noticias RCN y otras fuentes parlamentarias, se ha llevado un seguimiento voto a voto, descubriendo una tensión que se mantiene viva en partidos como el Liberal y el Conservador, donde algunos congresistas aún no definen su postura.
Sin embargo, la atención principal recae sobre el Partido MIRA. Oficialmente permanecen como indecisos, aunque el Gobierno los cuenta como votos seguros a favor.
La senadora Ana Paola Agudelo, integrante de esta colectividad, fue una de las que ayudó a hundir la anterior versión de la reforma laboral y denunció al Ejecutivo ante la CIDH por persecución política, lo que hace aún más incierta su posible inclinación actual.
Julio Iglesias, otro analista del espacio, fue directo:
El Gobierno tiene más herramientas para destrabar esto. Más chequera, más contratos. No ha tenido reparos éticos en usar los recursos públicos para lograr mayorías. Algunos métodos bordean lo criminal; otros simplemente son clientelismo clásico.
Su crítica apuntó a que la discusión se ha desviado del contenido de la reforma hacia la mecánica de su aprobación, lo cual considera un signo de frivolidad institucional.
Desde una óptica contraria, Juana Afanador, también analista, defendió el proceso.
Esto no es banal. Que hablemos de democracia participativa, de consultar al pueblo, es clave. Hay un nivel altísimo de despolitización ciudadana y estos espacios pueden ayudar a revertirlo.
Mientras tanto, los votos siguen sin definirse. Según las cuentas extraoficiales, el resultado podría inclinarse por apenas tres o cuatro sufragios. Y en esa mínima diferencia, el Gobierno juega su última carta para sostener una reforma que ya fue derrotada en el Congreso.
“Esta consulta es, más que un proyecto legislativo, una campaña electoral anticipada. El Congreso la discute, pero el país sigue sin resolver sus verdaderos problemas”, concluyó Cristian Jara.
Lo cierto es que la política, en vez de concentrarse en las transformaciones de fondo, parece girar alrededor de las movidas de último minuto, de los operadores que resurgen y de los silencios que también pesan. Y en esa lógica, una vez más, Benedetti aparece donde más se necesita: en medio del ruido.