La sala de lágrimas: el lugar en el que el papa eligió su nuevo nombre
En el vaticano, luego de la elección de un nuevo líder, se abre la puerta de una pequeña habitación cargada de simbolismo y emoción llamada la sala de las lágrimas.
Noticias RCN
02:14 p. m.
Este jueves 8 de mayo se conoció la identidad del sucesor del papa Francisco. Se trata del norteamericano Robert Francis Prevost, de 69 años, quien tomó el nombre de León XIV.
Eligen al sucesor del papa Francisco
El proceso para elegir al nuevo pontífice duró exactamente 24 horas y fue en la cuarta votación que se logró la mayoría de los votos.
En todo este camino para encontrar al nuevo papa hay una parte muy simbólica: una vez los cardenales escogen al pontífice, el nuevo líder de la Iglesia Católica ingresa a la sala de las lágrimas, donde, hace una reflexión, escoge su nombre como papa y empieza así su papado.
Todo sucede en el corazón de El vaticano. Luego de la elección de un nuevo líder, se abre la puerta de una pequeña habitación cargada de simbolismo y emoción llamada la sala de las lágrimas.
Este espacio es fundamental en uno de los momentos más solemnes de la iglesia católica, debido a que allí, el nuevo papa se viste y llora tras ser elegido.
La misteriosa sala de lágrimas en la que el papa eligió su nuevo nombre
La sala de lágrimas se encuentra ubicada junto a la Capilla Sixtina y más que una sala, es un espacio que recibe su nombre por las lágrimas de emoción, de temor o humildad que, según la tradición, han derramado muchos de los pontífices recién elegidos al tomar conciencia de la magnitud de su nuevo rol. Este lugar es el primer paso hacia el nuevo papado.
Allí, el recién elegido pontífice se retira brevemente después del cónclave para cambiarse de ropa y revestirse con la sotana blanca, el roquete y la muceta, prendas que lo identificarán ante el mundo.
En ese espacio íntimo, también recibe una banda papal y una cruz pectoral, y puede rezar unos minutos antes de salir al balcón de la basílica de San Pedro para ser presentado al mundo con la famosa frase “Habemus Papam”.