¿Qué implicaciones tiene el levantamiento del paro armado del ELN en el Chocó?
La guerrilla tenía confinadas a más de 27.000 personas. Expertos señalan que el daño a los diálogos de paz con el Gobierno ya está hecho.

Noticias RCN
07:59 a. m.
Cerca de cuatro días completó el paro armado del Frente de Guerra Occidental 'Omar Pérez' del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el Chocó, uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado. En un comunicado conocido este martes, esa célula armada anunció que levantaría el paro armado que sostiene en ese departamento a partir de la medianoche de este miércoles 14 de febrero.
El acto violento había despertado molestia en el Gobierno. El Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, dijo: "Es una deslealtad con los acuerdos celebrados en el sexto ciclo de conversaciones en La Habana, en tanto, amenaza la vida, los derechos, las libertades de los pobladores del departamento, el ejercicio de los gobiernos democráticamente elegidos y el mandato de las autoridades comunitarias".
A través de audios y panfletos, ese grupo armado había amenazado a la población con abstenerse a la movilización en los municipios de Istmina, Nóvita, Medio San Juan, Sipí, pero también a comunidades que viven en el litoral del río San Juan.
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Este miércoles, tras conocer la decisión, algunos mandatarios locales han señalado que la decisión de levantar el paro es un "alivio". Sin embargo, es necesario recordar con la estrategia de intimidar y confinar a la población chocoana no es nueva y que no necesariamente implica tranquilidad completa para la población.
Noticias RCN habló con Luis Murillo, defensor del pueblo del Chocó quien señaló que "la situación es de zozobra generalizada, las comunidades están atemorizadas y hay el gran riesgo de que en el territorio, en comunidades negras e indígenas, haya municiones sin explotar después de los combates". Un ciclo que se repite en la región que padece problemas estructurales como pobreza y corrupción, pero que además no deja de sentir incertidumbre, como lo señala el defensor del pueblo.
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En diciembre de 2022 y en julio de 2023, por ejemplo, se registraron hechos similares: la guerrilla del ELN o por lo menos esa fracción de sus filas, anunciaba el levantamiento de paros armados que intimidaban a la población. En esa zona, el ELN y las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) se enfrentan constantemente. Murillo pide que "se respete lo acordado en la mesa (...) que los alivios lleguen al territorio y que las partes verifiquen los avances". Y advierte: "los combates se están dando en las poblaciones y están generando todo tipo de restricciones (...) el confinamiento ha sido persistente. La situación de confinamiento sigue vigente".
Lo anterior refuerza la idea de que negociar con esa guerrilla es más complejo que con otros grupos armados por su tipo de mando horizontal. No sucedía igual con las FARC, que tenían una cúpula de altos mandos conocida como el secretariado con injerencia vertical en sus filas, a pesar de las disidencias que quedaron luego del acuerdo firmado durante el Gobierno Santos.
En el caso del ELN, si bien hay líderes históricos, algunos de ellos en la mesa de diálogos con el Gobierno como 'Pablo Beltrán', lo cierto es que los mandos medios tienen mucho más poder y no necesariamente acatan o apoyan todas las decisiones que se tomen en los ciclos de conversaciones.