Brasileño con más de 170 tatuajes decidió borrarlos todos y eliminar su pasado: ahora es pastor
Conocido durante años como el hombre más tatuado de Brasil, Leandro de Souza cambió su vida y borró los más de 170 tatuajes que cubrían casi todo su cuerpo.
Noticias RCN
08:22 a. m.
Lo que un día fue símbolo de rebeldía, hoy es una huella que poco a poco se desvanece.
Leandro de Souza, quien fue conocido durante años como el hombre más tatuado de Brasil, lleva un proceso radical para borrar por completo los más de 170 tatuajes que cubrían el 95 % de su cuerpo.
A sus 35 años, el brasileño optó por dejar atrás un pasado marcado por los excesos, las adicciones y una constante búsqueda de identidad.
¿Por qué el hombre más tatuado de Brasil decidió eliminar la tinta de su piel?
Durante su juventud, Leandro encontró en los tatuajes una forma de expresión y resistencia.
A los 13 años comenzó a marcar su cuerpo influenciado por bandas de rock y metal, lo que derivó en una transformación visual impactante que lo llevó a ganarse el título del hombre más tatuado del país.
Sin embargo, lo que comenzó como arte, se convirtió en una especie de prisión: “Ya no me sentía bien, ya no me convenía. Era un mundo de excesos. Me sentía como una atracción de circo”, confesó en una entrevista con el medio brasileño O'Globo.
Esa vida de excesos incluía el consumo de drogas. Con el tiempo, ese estilo de vida le pasó factura y lo empujó a buscar un cambio profundo.
Fue entonces cuando encontró una nueva perspectiva espiritual a través de la religión evangélica, y con ella, el deseo de comenzar de cero.
¿Cómo avanza el proceso del hombre más tatuado de Brasil para recuperar su piel?
El proceso de eliminación no ha sido sencillo. Leandro se somete periódicamente a sesiones con tecnología láser, un tratamiento doloroso incluso con anestesia, que permite al cuerpo absorber y eliminar la tinta con el tiempo.
En sus redes sociales ha compartido imágenes del avance y ha relatado el sufrimiento físico que implica cada sesión. “Eso es parte del precio de las cosas que he hecho en el pasado”, escribió en Instagram.
Uno de los mayores retos ha sido el rostro, una de las zonas más tatuadas, donde aún quedan restos visibles de tinta.
Pese a ello, Leandro continúa con determinación su tratamiento cada tres meses y afirma estar agradecido con el equipo médico que lo acompaña.
Hoy, Leandro de Souza no solo está borrando los tatuajes de su piel, también intenta limpiar las cicatrices emocionales de un pasado del que ya no quiere formar parte. Su historia es ahora una de transformación, fe y renacimiento.