La desgarradora historia del valiente niño que sobrevivió en Siria, pero quedó huérfano

Los equipos de rescate continúan la búsqueda de miles de personas que se sospechan atrapadas entre los escombros, pero el optimismo mengua ante las gélidas temperaturas y la superación del plazo de 72 horas que se considera crucial para salvar vidas. El balance de muertos no deja de crecer. Los últimos balances lo sitúan en 17.513 fallecidos, 14.351 de ellos en Turquía y 3.162 en Siria.

Pero dentro de todo ese panorama aterrador destaca la valentía de los niños que vencieron la tragedia. Se aferraron a la vida y gracias al esfuerzo de los socorristas se sobreponen a un reto que les tocó afrontar a muy temprana edad. La mayoría de los 22 mil rescatados son menores. Sin embargo muchos perdieron a sus seres queridos.

Dentro de tantas malas, en Siria de a poco aparecen las buenas noticias y en esta ocasión son precisamente por los niños. Por ejemplo, está el caso de un menor rescatado por los cascos blancos mientras estaba atrapado por más de 50 horas bajo las ruinas de su casa.

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Sus manos fueron vistas por un socorrista. El escuadrón de emergencia rodeó el punto. Fueron varios minutos de gran esfuerzo hasta lograr su salida. Las miradas fueron al cielo con palabras de agradecimiento y júbilo. Entre lágrimas el niño preguntó por sus padres, pero perdieron la vida.

El menor fue trasladado a un improvisado centro médico donde recibió atención. Al tiempo vecinos lo rodearon para intentar aplacar el dolor por la pérdida de su familia. En medio de la euforia por encontrar una nueva vida, los socorristas lo pusieron a salvo de la muerte. Su familia, mucho más afectada, fue sacada en camillas hasta un ambulancia en la que recibieron primeros auxilios.

El paso del tiempo disminuye las posibilidades de encontrar sobrevivientes. Cada nuevo rescate se convierte en una especie de milagro, como ocurrió con un pequeño de dos años y su madre, salvados por de la fuerza de seguridad de Kosovo. 

Las labores para su rescate se extendieron desde la mañana hasta la tarde de miércoles. Con un beso en la mejilla le dieron la bienvenida a esta nueva oportunidad de vida. Más personas lo recibieron en medio de una ola de aplausos en señal de celebración por su valentía en medio del desastre.

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